CASTRO : ¿EL VALOR DE SER HUMILDE?

CASTRO: ¿EL VALOR DE SER HUMILDE?

Jorge Hernández Fonseca

www.cubalibredigital.com

19 de Julio de 2008

Hay muchas maneras de tratar de continuar en el ‘imaginario colectivo’ de Latinoamérica, después de haber descendido al infierno del fracaso en su propio país. El dictador cubano acaba de entregarnos su último artículo-reflexión, con ‘amenazas’ de iniciar ‘una serie’ de escritos “teóricos” sobre Colombia. Mejor para los cubanos, necesitados de tranquilidad.
En otro campo bien diferente al “teórico”, el presidente colombiano Álvaro Uribe por su parte, continúa su labor de ‘cazador de guerrilleros’. Es una acción indispensable para llevar la paz a su atribulado país, infectado de gentes que han confundido la tesis marxistas leninistas (las mismas que el dictador quiere profundizar) con dictados cleptómanos de secuestro y asesinato.
Hasta el presente, el dictador cubano se ha permitido opinar sobre ‘la guerra de los otros’, contando con la inexplicable buena voluntad de los afectados. Suerte incomprensible de quien no ha respetado a nada ni a nadie en este mundo y que en el postrer momento de su vida se dispone a enfrentar (sólo en terreno “teórico”, que se sepa) una banda de narcotraficantes.
Mientras el mandamás cubano analiza en el seno de su equipo las mejores maneras de “teorizar” las vicisitudes y sufrimientos de un país hermano, sometido a la terquedad rural de una pandilla de malhechores, el honroso presidente de esa nación se dedica al trabajo arduo de captura y condena de los causantes de los ríos se sangre que todavía corren en Colombia.
El último acto de la ignominia sin límites que siempre ha caracterizado a Fidel Castro será escrito sobre las espaldas sufridas de un país mártir. El marxismo --y sobre todo el leninismo-- es un amontonado de lemas subversivos que han servido para oprimir sociedades diversas tomando como base lo peor de la naturaleza humana: el odio, la envidia y el resentimiento.
¿Como se atreve un personaje fracasado en su país, a entrar en una discusión “teórica” con los representantes de una debacle guerrillera? Las FARC se deshacen ante el mundo a golpes de sacrificio del ejército colombiano, en medio de un inhóspito ambiente selvático, liberando hombres y mujeres, cuyo único delito fue haber venido al mundo en un país de ‘monos Jojoy’.
Por parte del que promete hacer el análisis “teórico”, la sociedad no tiene siquiera que comer. El hermano del “teórico” acaba de pedirles permiso a Marx y Lenin para iniciar la privatización del campo, con vistas a que los cubanos no se coman los unos a los otros. Por la parte que será analizada, la sociedad crece a grandes pasos y se inserta en el mundo globalizado con éxito.
¿Qué suerte de palabrerías inútiles estarán en la mente de un dictador decrépito, para tratar de continuar en escena? ¿Qué tipo de recomendaciones puede dar un hombre que en 50 años no ha podido siquiera dar de comer a los ciudadanos que doblegó a base de mentiras y represión? ¿Cuáles serán las presunciones “teóricas” ante una situación de evidente fracaso guerrillero?
Para la isla representa una tregua. La febrilidad característica del personaje, dedicará todo su entendimiento (que a estas alturas ya no debe ser mucho) a refutar plumíferos de la categoría de los Petras y Steinsleger, o quien sabe si alguno de los herederos de “Tiro Fijo” acepta el reto y quiere escribir algo menos triste y más alentador que el epitafio de su estrepitoso fracaso.
Pero hay un poco más. El dictador cubano nos muestra las armas que usará en el debate “teórico” que amenaza abrazar contra las FARC. Una frase al final de su reflexión lo delata: “… se deduce una lección permanente para el verdadero revolucionario: la sinceridad y el valor de ser humildes”. Se infiere de su frase escrita que el dictador cubano se considera “sincero” y “humilde”. Es todo lo que cualquier cubano sabe no ser verdadero. Ni es sincero ni es humilde.
La frase “el valor de ser humilde” tiene dos acepciones: una, tomando la palabra “valor” como significando “coraje”, en cuyo caso el significado sería que “habría que tener coraje para ser humilde”, acepción que pudiera tener sentido en un dictador soberbio y autosuficiente. La segunda posibilidad de significado daría a la palabra “valor” el sentido de “valía” por si mismo, no asociado al “coraje”. En este caso no se aplicaría al caso del dictador, que jamás ha tenido la “valía” intrínseca de ser humilde, como lo demuestran sus casi 82 años de un ego en vida.
En cualquier caso, la “sinceridad” no es precisamente el “valor” característico de un dictador, que hizo la ‘revolución’ engañando a su pueblo. Le ocultó su verdadero carácter marxista leninista hasta no haber asaltado el poder político y asegurado tener el poder de las armas. Fue entonces que se declaró comunista. Las FARC por su parte, nunca han negado ser comunistas.
Esperamos ya cansados las diatribas “teóricas” de ambas partes. Mientras tanto, el pueblo cubano continuará, ‘con esa fuerza menos’, tratando de desatar el “nudo gordiano” de un sistema fracasado que quiere imponerle una solución semi-capitalista, sin libertad ni mercados.
Para el gobierno de Raúl, el nuevo entretenimiento de su hermano será un alivio. Falta saber si esa distracción “teórica” acelera el estrépito de la rajadura del casco dictatorial, ya visible.

LA RED RECLAMA .¡LIBERTAD PARA LOS PRESOS POLITICOS CUBANOS!