EL FRACASO DEL "SOCIALISMO" CASTRISTA
CUBA : LA LIBERTAD ASOMA ENTRE LOS ESCOMBROS
CUBA, EL PRINCIPIO DEL FIN
Las señales fueron fortísimas, aunque de muy diversa naturaleza. Las Fuerzas Armadas de la dictadura cubana rindieron honores al presidente de los Estados Unidos y, para colmo, ejecutaron el himno del país imperialista por excelencia. Los Rolling Stones, símbolo otrora de música decadente y capita- lista, hicieron cantar, sal-tar y gritar a un millón de cubanos. Los signos en la pared…
La larga historia de la Revolución Cubana se desmorona, mientras su inspirador, conspicuamente ausente en la bienvenida a Satán, pasa a ser, como señala Montaner, un detalle de turismo antropológico. De nada valió que, partido el huésped, Fidel volviera a atacar en las páginas de Granma, en un rugido amortiguado y que más pareció un gemido o un estertor final. Cincuenta y siete años de infamia, muerte, tortura, intervenciones, fusilamientos, hambre, violación de derechos se desvanecen. El precio pagado es inmenso, pero la libertad asoma entre los escombros, materiales y humanos, de aquella bella perla del Caribe que renace entre las grietas de un comunismo que se creía eterno.
El espectáculo de la conferencia de prensa de Obama con Raúl Castro, señaló claramente lo terrible del régimen que fenece. Cuando pidió el anfitrión que le dieran la lista de los “presos políticos”, en una compadrada bien estudiada, subrayó -sin querer seguramente- que apenas la tuviera, los mandaría liberar, es decir que de su sola voluntad dependía que alguno de sus compatriotas estuviera o no privado de libertad. Cual emperador romano en el Coliseo, de su pulgar para arriba o para abajo, dependía la cárcel para un cubano. Un código penal totalitario se encarga de que no sean presos políticos sino delincuentes comunes quienes se atrevan a disentir con la dictadura.
Larga es la lista de los ejecutados. Camilo Cienfuegos por bomba en avión. Luis Boitel encerrado bajo llave hasta que murió de hambre y de sed. Por órdenes de Guevara el paredón vio a miles caer ante el pelotón de fusilamiento. Al comandante Huber Matos, héroe de la Revolución, veinte y cinco años de cárcel. A Antúnez, quince años. A Payá, quien tuvo la peregrina idea de que la Constitución del régimen era en serio y juntó firmas para ponerla en funcionamiento, un oportuno “accidente”. Todo pa-ra que medio siglo des-pués se “conceda” el derecho a tener un teléfono portátil o se autorice abrir una peluquería. Para que un ingeniero gane 35 dólares mensuales y tenga que -en negro- conducir un Chevrolet 1956 para poder comer.
Entre tanto y bajo la bandera del antiimperialismo, convertir a Cuba en un satélite soviético, alinearse para aplaudir las intervenciones de la vieja Unión Soviética en Checoslovaquia y hacer los deberes ordenados por Moscú. Nunca una elección, ese derecho humano que es el más peligroso para las dictaduras. Eso no ha estado en la lista de “logros” que Raúl Castro enumeró orgullosamente. El comandante Chávez, sucesor en la jefatura socialista latinoamericana, por lo menos fue votado para llegar al poder.
El centro del poder “revolucionario” pasó de la URSS al personaje tropical. Cuando una fuente de recursos en rublos se acababa, apareció la generosidad venezolana. Como gusta decir Fernando Henrique Cardoso, una cosa era Chávez con el petróleo a 100 dólares y otra muy distin-ta cuando solo vale 50 o menos. No solo se acabó el subsidio sino que no apareció un personaje o una bolsa que lo sustituye- ran. Ahí entra en escena el salvavidas de los EEUU, la inversión capitalista que faltaba, porque ya los europeos llevan ventaja de años ganando sus dividendos.
Cincuenta años de adoctrinamiento no han matado el espíritu de emprendimiento. Los jóvenes que dialogaron con Obama hablaron de sus proyectos, de sus sueños, de poder usar computadoras e internet, de poder crecer y realizarse trabajando con su talento y su empeño. Lo que pudieron hacer sus hermanos o primos en la Florida, demostrando lo que puede lograr un régimen de libertad, poder siquiera comenzarlo en la isla.
Cincuenta años envenenando juventud, llevándola a la muerte mientras intentaban, como en nuestro país, demoler el sistema democrático, secuestrar, robar, torturar y matar. Fue la hora de despreciar las que se calificaba de libertades “burguesas”, de “no me venga con ese asunto de las elecciones”, de multiplicar la Sierra Maestra.
Demasiado ha durado el experimento siniestro y homicida. Durante años lo defendieron partidos y gobiernos de izquierda. Hoy un estruendoso silencio rodea el episodio. ¿Dónde están los compañeros, los camaradas? ¿Dónde?. No se oye una voz ni se lee una línea, todos hocican junto a los restos de la nomen-klatura que ha reinado tanto tiempo. Todavía algunos viajan a sacarse la foto con los Castro, meras acciones reflejas, hijas de un medio siglo de cabrestear.
Los refugios de Corea del Norte y Vietnam no son atractivos, no hay dólares para abastecer la revolución. La China los tiene pero no los regala porque allí el sistema económico es capitalista.
Nadie sabe cuándo llegará el fin, pero no falta mucho. Nadie sabe dónde, pero en algún lugar se sepultarán los restos del comunismo cuyo trágico experimento se termina. Pero ha llegado el principio del fin. Mientras tanto, vale el salvavidas “made in USA”.
LUIS ALBERTO LACALLE HERRERA, EXPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY.
¡LIBERTAD PARA TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS CUBANOS! RED URUGUAYA POR DEMOCRACIA PARA CUBA
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