EL ESBIRRO DE LA TIRANÍA CASTRISTA

EL "AGENTE CAMILO"

Mientras sobrevivíamos a la dictadura, los uruguayos que permanecimos en el país nos fuimos acostumbrando, poco a poco, a la presencia subrepticia, muchas veces disimulada y siempre traicionera, de seres humanos que se confundían con nosotros, con nuestros movimientos y con nuestras palabras, sin que pudiéramos percibirlo. Íbamos a una reunión, a la casa de un amigo o a cualquier lugar donde hubiera gente concentrada, y allí estaban ellos. Detrás de un árbol, fingiendo inocencia, adentro de un auto, ellos nos vigilaban todo el tiempo. Eran los "tiras".Los "tiras" eran muy importantes para el régimen. Eran los agentes encubiertos del Estado para el control de la población, especialmente de aquellas personas que exhibieran alguna inquietud de cualquier naturaleza que resultara "sospechosa" para los servicios. El "trabajo" de los "tiras" era, de por sí, repugnante. Eran los alcahuetes del régimen sobre el terreno, los delatores de las actividades "subversivas" y los servidores de un gobierno que había resuelto suprimir, por la fuerza, la libertad de las personas. Y ellos, los "tiras", eran los sujetos encargados de ejecutar órdenes de un régimen ilegítimo, ilegal e inmoral. Cuando la dictadura acabó, los "tiras" fueron depositados en el cajón de los olvidos. Unos pobres tipos. En Cuba, el oficio de "tira" florece desde hace décadas. Los servidores de la dictadura más larga de la historia de América Latina pululan en La Habana, Camagüey, Matanzas, Cienfuegos y Santiago de Cuba. Son miles de loros de la tiranía de los hermanos Castro Ruz, cumpliendo desde las calles las "tareas" correspondientes para mantener la impunidad del régimen totalitario al que sirven. Son, igual que los uruguayos, unos pobres tipos destinados al mismo penoso olvido cuando la pesadilla acabe en la sufrida isla del Caribe. La diferencia es que estos "tiras" están activos y, algunos de ellos, se entusiasman en los operativos contra los ciudadanos probos que luchan desde adentro para recuperar la libertad.Uno de ellos es el "agente Camilo". No se llama así porque los "tiras" no se identifican. Nadie sabe —salvo él y los servicios cubanos— cuál es su nombre y apellido. Pero sus víctimas lo ven y lo reconocen, aunque no sepan cómo se llama.El "agente Camilo" fue el esbirro de la dictadura de los hermanos Castro Ruz que participó con mayor esmero en las recientes detenciones arbitrarias de disidentes, ocurridas en La Habana. Es un gordito soberbio y envalentonado que, en patota, actúa con la impunidad de quien cree que nunca tendrá que rendir cuentas por sus actos. Una de sus últimas presas fue la bloguera cubana Yoani Sánchez, un referente ineludible en la lucha por la libertad entre aquellos que pelean desde adentro de la isla.Los tweets de Sánchez —una valiente mujer de pueblo que decidió no resignarse a vivir sin libertad— son un verdadero dolor de cabeza para la dictadura. El diario oficial "Granma" vive acusándola de "mercenaria", "agente del imperio" y todas esas imbecilidades que el aparato infame del castrismo proclama cada vez que se propone provocar la muerte civil de un ciudadano porque incomoda. En uno de sus tweets, Sánchez difundió la clase de "tira" que el "agente Camilo" es. Es un "líder" en el "arte" de la brutalidad policial, en las torturas, en los arrestos arbitrarios y en las amenazas de muerte contra sus víctimas indefensas. En ocasión de la última ola de arrestos de personas que se atreven a pensar con su propia cabeza, el "agente Camilo" fue quien más golpeó e insultó a los detenidos. Se ensañó particularmente con Antonio Rodiles, un activista por la libertad en Cuba. El "agente Camilo", vestido de paisano y rodeado por otros serviles como él, quiso "hacer puntos" con sus jefes y, entonces, le pegó a Rodiles en las costillas y en la cara y lo arrastró por el piso varios metros. Rodiles sigue preso hasta hoy. Al "agente Camilo" le gusta "jugar" con sus presos. Cuando los tiene a su merced, extrae su pistola, coloca el caño contra la sien del infortunado y le susurra al oído: "lo que tengo es deseos de darte un tiro en la cabeza". Todo un "revolucionario", sin dudas; un ejemplo del "hombre nuevo" que prometió Fidel Castro en su delirio totalitario. En diciembre de 2008, durante una de las tantas oportunidades en que Yoani Sánchez ha sido citada a declarar a las sucias estaciones policiales de la satrapía, ella conoció al "agente Camilo". Estaba acompañado por el "agente Roque". Sánchez contó el episodio así: "El encuentro es breve y el tono enérgico. Somos tres en la oficina y el que lleva la voz cantante se ha presentado como el ‘agente Roque’. A mi lado, otro más joven, me observa y dice que se llama ‘Camilo’. Ambos me anuncian que pertenecen al Ministerio del Interior. No están interesados en escuchar, hay un guión escrito sobre la mesa y nada que yo haga los distraerá. Son profesionales de la intimidación".El "agente Roque" le dice a Sánchez: "Queremos advertirle que usted ha transgredido todos los límites de tolerancia con su acercamiento y contacto con elementos de la contrarrevolución. Eso la descalifica totalmente para dialogar con las autoridades cubanas. La actividad prevista para los próximos días (un encuentro de blogueros) no puede ser realizada. Nosotros, por nuestra parte, tomaremos todas las medidas y haremos las denuncias pertinentes y las acciones necesarias. Esta actividad, en los momentos que vive la nación, de recuperación de dos huracanes, no será permitida". Sánchez sorprende a los agentes de la dictadura y les pregunta si le pueden dar por escrito lo que le han dicho. Los agentes se descolocan —en Cuba nadie osa decir una palabra después de semejante advertencia; la norma es agachar la cabeza— y el que es apodado "Roque" le grita que no están obligados a darle nada."Antes de que me saquen del lugar con un ‘retírese ciudadana’ alcanzo a decirle que no pueden firmar lo que me han dicho, porque no tienen el valor para hacerlo. La palabra ‘cobardes’ se las suelto casi en una carcajada", narra Sánchez. En opinión de Sánchez, flamante vicepresidenta regional de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en Cuba "estamos asistiendo precisamente a un rasgo de lo que es el desespero gubernamental ante la ebullición de fenómenos pacíficos, cívicos, desde abajo. Ellos están respondiendo con lo que saben responder: con el golpe, con el insulto, con la amenaza de todo tipo". Pero ella, a quien hace unos días el "agente Camilo" y otros como él agarraron de los pelos para arrestarla, junta coraje y escribe en un tweet: "Junto a los diplomas de mis premios tengo enmarcados los insultos que me dedica ‘Granma’. ¡Son como condecoraciones!". Y escribe otro: "Todo poder totalitario es delirante, pero si encima lleva décadas de absolutismo entonces habrá perdido todo contacto con la realidad".Y, aun frente a ese panorama oscuro que vive en carne propia, deja espacio para el optimismo: "Creo que está cerca el día en que ningún cubano será detenido por expresarse, asociarse, ser...".Ese día, el día en que Cuba recupere la libertad, los ciudadanos dignos como Yoani Sánchez y Antonio Rodiles, podrán andar por la calle con la frente en alto. Los miles de "agentes Camilos" perderán la impunidad y serán tan cobardes como lo son con ella. Y los "izquierdistas" uruguayos y latinoamericanos que les siguen llamando "compañeros" —¡aún hoy!— a los agentes cubanos que los dictadores Castro Ruz les envían de vez en cuando, no la tendrán tan fácil para explicar su comportamiento cómplice y genuflexo de tantos años. No podrán decir "no sabíamos". -----Publicado por CLAUDIO PAOLILLO en el semanario uruguayo Búsqueda, el jueves 22 de noviembre, 2012 NAVIDAD SIN PRESOS POLÍTICOS EN CUBA ¡LIBERTAD PARA TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS CUBANOS! RED URUGUAYA POR DEMOCRACIA PARA CUBA