jueves, 30 de agosto de 2012
EL PARTIDO INDEPENDIENTE Y LA DICTADURA EN CUBA
Cuba, los derechos
humanos y las izquierdas
(nota de Pablo Mieres del Partido Independiente de Uruguay
en el semanario colorado Opinar)
Hace unas semanas falleció en Cuba,
en un accidente de tránsito, Oswaldo
Payá, el más importante dirigente opositor
al régimen cubano. De larga y destacada
trayectoria en su lucha por los derechos
humanos y la democracia en la
isla, padeció persecución permanente
por parte del régimen de los hermanos
Castro.
Fue un activista político de ideología social
cristiana que reclamó en forma pacífica
por las libertades en un país que
hace décadas que sufre una situación
de dictadura autoritaria muy evidente y,
probablemente, de las más antiguas del
mundo.
Para todos los que tenemos convicciones
democráticas, su fallecimiento fue
motivo de hondo pesar. Se trataba de un
dirigente en plena vigencia de su actividad
y con mucho para aportar a la imprescindible
democratización de su país.
En la Cámara de Representantes, como
en tantos otros países democráticos del
mundo, se mocionó para la realización
de un homenaje en su memoria.
Sorprendentemente la bancada del Frente
Amplio se opuso a que se realizara
dicho homenaje. Luego, se aceptó que
un legislador hiciera una breve referencia
en Cámara, pero finalmente toda la
bancada del Frente Amplio también bloqueó
esta posibilidad mediante el mecanismo
de levantar la sesión parlamentaria.
Desde una perspectiva de izquierda democrática
es insostenible e inaceptable
la actitud asumida por el Frente Amplio.
Es insólito que ni siquiera haya habido
un solo legislador del partido de gobierno
que apoyara el mencionado homenaje;
es muy grave pero también muy significativo
que ni siquiera en los sectores
que reivindican la expresión de una izquierda
moderada o socialdemócrata,
sea imposible que exista una manifestación
de rechazo a lo que está ocurriendo
desde hace décadas en Cuba.
Ningún sector del Frente Amplio ha tenido
los reflejos, en tantos años, para reconocer
lo que es obvio para cualquier
observador medianamente objetivo; que
si en un país se prohíbe la existencia de
los partidos políticos, no hay libertad de
expresión y no se realizan elecciones libres
con pluralidad de opciones políticas,
entonces no existe la democracia.
Esto, así tan sencillo, no es reconocido
ni admitido por ninguno e los grupos que
integran el Frente Amplio.
Esta actitud marca una distancia insalvable
para aquellos que también nos reivindicamos
de izquierda pero que no tenemos
la postura hemipléjica de condenar
a las dictaduras cuando son de derecha
y «mirar para otro lado» o justificarlas
cuando son de izquierda.
¿Cuán firmes son las convicciones democráticas
si estas dependen del signo
ideológico del gobierno de turno?
El Frente Amplio ha demostrado una grave
insensibilidad ante lo que ocurre en
Cuba. Porque nadie se asombra de que
así actúe el Partido Comunista puesto
que nunca asumió la responsabilidad de
haber defendido y apoyado a los regímenes
del «socialismo de Estado»; ni siquiera
parece haberse enterado de la
caída de esos regímenes y siempre ha
justificado a distintos gobiernos autoritarios
a lo largo y ancho del planeta; pero
tampoco han reaccionado los dirigentes
representantes de los sectores moderados
del partido de gobierno.
Esto nos resulta particularmente sorprendente
porque buena parte de los dirigentes
de los diferentes sectores del
Frente Amplio padecieron, de diversas
formas, igual que nosotros, las persecuciones
y la represión de un gobierno autoritario
como el que tuvimos que sufrir
en nuestro país durante una década.
Muchos de nosotros, dentro de nuestras
modestas posibilidades, asumimos las
mismas actitudes y conductas que
Oswaldo Payá protagonizó en su país reclamando
por las libertades y la democracia.
Basta recordar lo que sufrimos
en carne propia para generar un nexo de
solidaridad con los que luchan por una
causa similar en otras partes del mundo.
Cuánto valorábamos en aquellos negros años
cada señal, cada gesto de otros países del mundo
en solidaridad con nuestra lucha por la democracia.
Sin embargo, todo se deja de lado cuando se
trata del régimen cubano.
Pero la bandera de la libertad y la democracia
en Cuba no debe ser dejada solo a los partidos
tradicionales de este país. Existe otra izquierda,
aquí, fuera del Frente Amplio, y en muchos
otros países del mundo entero, que no tiene
pruritos ni dudas para condenar el autoritarismo
venga de donde venga.
Lo triste es que no exista aunque sea
uno, en todo el Frente Amplio, que tenga
la decisión de cuestionar la larga noche
de la dictadura cubana.
Cuando un día, que más tarde o más
temprano vendrá, se conquiste la democracia
y la libertad en Cuba entonces
serán muchos los que seguramente dirán
que no sabían lo que estaba pasando
o ensayarán justificaciones de su
gravísima omisión.
Nosotros hemos sido firmes y claros
desde siempre en señalar que en Cuba
existe una dictadura, con la misma convicción
con la que luchamos contra la dictadura
de derecha en nuestro país y con
la que señalamos las barbaries de los
regímenes autoritarios, en la Unión Soviética
de Stalin, en el Paraguay de
Stroessner o en la República Dominicana
de Trujillo. El autoritarismo es siempre
autoritarismo, venga de donde venga.
¡LIBERTAD PARA TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS CUBANOS!
RED URUGUAYA POR DEMOCRACIA PARA CUBA
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